martes, 17 de septiembre de 2013

LA UE ADVIERTE A CATALUÑA

                        Sin restar importancia a otras noticias, casi todos los diarios coinciden en llevar en portada las declaraciones de Almunia y de la portavoz de la Comisión Europea sobre las consecuencias que tendría una supuesta independencia de Cataluña en relación a la UE. Por lo demás, desde mi punto de vista, cabe destacar la matanza protagonizada por un descerebrado en Washington y, ¡cómo no!, una de corrupción, concretamente sobre la inmensa fortuna de Pujol Jr. y sus manejos desde los paraísos fiscales.
            Se me ocurre hacer la siguiente comparación: la corrupción es a España, lo que las matanzas con armas de fuego son a EEUU. No sé si las respectivas sociedades se han acostumbrado a semejantes fenómenos, pero lo cierto es que, al parecer, nada puede hacerse para evitarlos. Mientras EEUU se desayuna con la noticia de una nueva matanza, la enésima, protagonizada, una vez más, por un desquiciado armado, España se desayuna con el enésimo caso de corrupción que, aunque ya se conocía, los nuevos datos, que gracias a la prensa (con mención especial al Diario El Mundo) se exponen al conocimiento de la opinión pública, desvelan, una vez más, los vergonzantes comportamientos de quienes, aparentemente, pasan por la vida como personas o miembros de familias honorables (nunca mejor dicho teniendo en cuenta el tratamiento de Pujol Sr. como ex President de la Generalitat Catalana) cuando en realidad son, a la vista está, verdaderos chorizos de guante blanco. Presuntamente, vaya a ser que, encima, te pongan una querella y pagues tú los platos rotos. Con las fortunas que amasan pueden pagar un ejército de abogados y tú no.
Nadie entiende que los gobernantes norteamericanos sean incapaces de legislar en el sentido de limitar el uso legal de armas peligrosas de forma indiscriminada; poderosos lobbys se lo impiden. Consecuencia lógica, matanzas habituales de personas inocentes. En este caso en la sede de la Armada en Washington, por un ex militar desquiciado, con un balance de, al menos, trece muertos, y varias decenas de heridos. En otros casos, en colegios, universidades, iglesias, barriadas o cualquier otro lugar, teniendo como protagonistas a otros locos que, al margen de su actividad profesional, tienen licencia para matar al ser legal la tenencia y el uso de armas de fuego de combate, que manejan semejantes perturbados de forma casi profesional y con gran destreza, adquirida mediante entrenamientos totalmente legales. Es, según dicen, cuestión de defensa propia, cuando, en realidad, se trata de indefensión ajena. 
Tampoco entiende nadie que los gobernantes españoles sean incapaces de acabar de una vez por todas con la corrupción generalizada (especialmente con la corrupción política); ellos mismos se lo impiden a sí mismos. ¡Qué le vamos a hacer! Si para los clásicos españoles “poderoso caballero es don dinero”, para los españoles actuales el poderoso caballero es el cargo público, propio o de un familiar, que te permite “forrarte” a costa del dinero público casi con absoluta impunidad. Por ello es habitual que quienes se “sacrifican” por la cosa pública, acaben formando parte, para el resto de sus vidas, del grupo privilegiado de las grandes fortunas, en relación directa con el mayor o menor tiempo dedicado al “sacrificio” de administrar el erario público. Si ya dijo una ministra que el dinero público no era de nadie, es obvio que no pasa nada a quien se lo apropie, haciendo lógico el dicho popular de “no me des dinero, ponme donde haya”.
Lo cierto es que, mientras estamos en plena efervescencia del desmadre independentista catalán, se publican los manejos de uno de sus más conocidos representantes, Oriol Pujol Ferrusola, apartado momentáneamente de la Secretaría General de la CDC de Artur Mas, cuya sede está embargada por temas de corrupción. A pesar de que su padre, el ex Molt Honorable President de la Generalitat, dijera públicamente que ni él ni su familia tenían cuentas en Suiza, mire usted por donde, resulta que Oriol, uno de sus hijos (forrado como el resto), invertía en Argentina su dinero suizo a través de una empresa tapadera, gestionada desde Londres y radicada en Liechtenstein. Si Oriol es uno más entre los múltiples casos de presunta corrupción que se investigan en el entorno del resto de su familia y en los aledaños de CDC, no estaría de más que Artur Mas y compañía modificaran uno de sus favoritos argumentos, “España nos roba”, ya que, con una simple investigación o una mínima información, los catalanes pueden averiguar quiénes son los verdaderos ladrones de Cataluña, dónde están y, sobre todo, dónde esconden sus respectivos botines.
De todas formas, me temo que, ni así, serán capaces de poner a los políticos y gobernantes independentistas en su sitio, ni descubrir su juego sucio. Las generaciones de niños adoctrinados (que no educados), como los que aparecen hoy en diversos medios y en el programa infantil de TV3, al grito de “España tendrá que rendirse” es buen ejemplo de cómo se las gastan los dirigentes independentistas. La mala es España y liberarse de ella conduce al paraíso. Poco importa que la UE, por boca de la portavoz de la Comisión y del Comisario Almunia, adviertan que una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE, con todas las consecuencias, ya que un país escindido quedaría como un “país tercero”; poco importa que, si además, se hace de forma ilegal, está fuera de cualquier respaldo internacional (salvo de algún que otro “país tarado” que siempre los hay) pues la ONU deja bien claro quiénes tienen y en qué condiciones se ejerce el “derecho a la autodeterminación” o, como dicen los independentistas catalanes, el “derecho a decidir”, recientemente aclarado por el Primer Ministro de Lituania (país independizado, por cierto, de la antigua URSS) de forma impecable: “el camino hacia la independencia…debe hacerse de acuerdo a bases legales, a la ley internacional y a las provisiones de la Constitución del país”; y, poco importa, aplicar simplemente el sentido común, pues la respuesta de Francesc Homs, Consejero de Presidencia y Portavoz de la Generalitat, es la siguiente pregunta: “¿Dónde está escrito que saldríamos?” de la UE. Es obvio que su adoctrinamiento irracional (probablemente pionero del que se hace con los niños que hoy aparecen en los medios) le impide entender lo que dicen los tratados de la UE, las fórmulas para admitir un país tercero como socio (entre ellas la unanimidad), las resoluciones de Naciones Unidas sobre la “autodeterminación” y las circunstancias que han de darse para considerarlo como un derecho frente a otros como la integridad territorial de los estados democráticos consolidados, y tantos otros ejemplos que podrían esgrimirse. Simplemente baste con seguir refiriendo lo que el primer ministro lituano dice ante la pretendida comparación torticera de la Vía Catalana con la Vía Báltica (o cualquier otra vía, totalmente diferente): “No se puede comparar la ocupación soviética de los países bálticos con la situación en España, que es un país democrático, un miembro de la UE…” pues “todos los asuntos domésticos deben ser solucionados según las medidas democráticas y legales, que existen en el país, respetando la Constitución”. Justo lo que dice la propia UE y cualquier persona sensata.
Sólo desde la agresión totalitaria, desde la fuerza de las armas, es decir, mediante la violencia, puede un territorio, perteneciente a un estado democrático y que, por tanto, goza de todas las libertades y derechos inherentes a su estatus, intentar separarse del mismo (con el riesgo de ser sometido por éste y sus aliados por la fuerza, obviamente), para integrarse en otro o independizarse, si la soberanía popular (en este caso la tienen todos los españoles y no una parte de ellos) no lo acepta de forma voluntaria y democrática. Y, obviamente, en caso de triunfar unilateralmente la rebelión sediciosa, el nuevo estado quedaría estigmatizado y relegado por la comunidad internacional, especialmente por los países más poderosos, influyentes, democráticos y civilizados del mundo que, simplemente, no podrían apoyar un precedente, susceptible de exportarse a sus propios territorios, consistente en un triunfo de la violencia sobre la razón o de la ilegalidad sobre la legalidad establecida, es decir, del totalitarismo sobre la democracia. Tan sencillo de entender que lo entenderían hasta los primates superiores y, por supuesto, los primeros homínidos. Lamentablemente, algunos humanos, supuestamente civilizados, no.

                                               Jorge Cremades Sena

3 comentarios:

  1. Jorge, denoto una "certa" parcialitat en els teus comentaris sempre que et refereixes a Catalunya.

    El debat identitari i nacional no és mai racional. Surt del cor, no del cap. Tu et sents espanyol i no entens com és possible altra gent que viu dins les teves fronteres vulgui de la teva Espanya. És així.

    Tampoc els mexicans, peruans, argentins, bolivians, cubans, flamencs, portuguesos d'ara, varen voler, en un moment de la seva història, seguir pertanyent a Espanya. Alguna cosa es deu fer malament, no?

    Molts catalans -molts més dels que et penses, potser la majoria i tot-, pensem que la nostra identitat nacional no és l'espanyola. Es dirà que hem reescrit la història, pot ser que ens hagin adoctrinat, pot ser que estiguem en fase de bogeria col·lectiva, etc. Ho dubto.

    Abans de jutjar un col·lectiu, has de practicar aquell esport tant difícil de estudiar, aprendre i conèixer. Tu ets mestre, te'n sortiras. Coneix millor Catalunya i els catalans, vine més sovint, estudia la seva història (llegeix altres llibres d'història, no només els que a tu t'agraden) i potser entendràs quès està passant.

    Amb afecte,

    Joan
    joan@vall.cat

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    1. Joan, antes que nada gracias por tu comentario y por su forma de exponerlo. Pero quiero que sepas que nada tengo contra los catalanes, he ejercido mi profesión en Cataluña, tengo familia allí y algún que otro buen amigo. Ya sé que el nacionalismo es un sentimiento, pero, guste o no, las relaciones humanas y especialmente las políticas deben regirse por la razón, pues lo contrario sería un caos (no olvides los millones de muertos provocados por el nacionalismo, incluido el español). Estoy totalmente a favor de la cultura y las lenguas catalanas, de su expansión y su uso con total normalidad, pero sin menoscabo del español, hablado en Cataluña desde hace siglos.Repudio tanto a quienes menoscababan el catalán desde el nacionalcatolicismo español como a quienes menoscaban ahora el español desde el nacionalismo catalán. Son actitudes de confrontación, de odio innecesario que sólo conducen a la violencia.
      De lo que estoy en contra es de que el nacionalismo político catalán (no el social o cultural), sustanciado en una amalgama de izquierdas y derechas con el único proyecto de conseguir la independencia "por encima de leyes y constituciones", prostituyan los hechos históricos y desfiguren el presente para conseguir sus objetivos. Partir de premisas falsas suele conducir a conclusiones erróneas. Entre otras cuestiones: jamás hubo una guerra de ocupación de Cataluña por parte de Castilla ni del resto de España a la que Cataluña ya pertenecía desde dos siglos antes, una guerra de sucesión al trono no es equiparable a una de conquista; jamás Cataluña fue un reino independiente, salvo cuando sus condes decidieron unirse al Reino de Aragón (constituyendo la Corona de Aragón) y posteriormente, unirse a la Corona de Castilla mediante las prácticas habituales de la época (matrimonio de Isabel y Fernando) para formar uno de los primeros estados modernos que finiquitaban el feudalismo medieval...y así, tantas y tantas mentiras, que, si tuviera tiempo y espacio, me ocuparían todo el día relatar.
      Estoy en contra de que se quemen símbolos españoles porque yo jamás quemaría símbolos de Cataluña. Estoy en contra de la corrupción, pero no sólo la de los aledaños del PP y PSOE, sino también de los de CiU-. Y estoy en contra de que se arremeta contra España, como si Cataluña y los catalanes no hubieran sido protagonistas de su construcción histórica, incluida la actual Constitución que les viene bien para obtener la legitimidad como gobernantes de la Generalitat para, desde allí, arremeter traidoramente contra ella, restándole validez. Con tal tesis, para ser coherentes, debieran reconocer la ilegitimidad de sus cargos.
      En fin, amigo Joan,me entristece que para ocultar las incompetencias de algunos gobernantes se culpe, como hacía el mismísimo Franco, a los ajenos contubernios judeo-masónicos y no a sus errores y perversidades propias. Ni los españoles (incluidos los catalanes) eran culpables entonces, sino víctimas, ni los catalanes, junto al resto de españoles, son culpables ahora de nada, sino víctimas en todo caso. Víctimas de algunos gobernantes que sólo saben mantenerse en el poder a base precisamente de utilizar los sentimientos de gentes sencillas como elementos de confrontación, cuando hasta los sentimientos, por diferentes que sean, no tienen por qué ser elementos de confrontación sino todo lo contrario. Al menos en sociedades que se dicen democráticas,
      Para finalizar, comparar las antiguas colonias con territorios que jamás fueron ni son colonias es una aberración. La ONU deja bien claro todas las diferencias y reconocimientos de derechos a la autodeterminación de las primeras que, en ningún caso, reconocen para los segundos, sobre todo si el Estado del que forman parte es democrático y, menos aún, si goza de autonomía para ejercer y desarrollar sus peculiaridades salvo que en su Constitución así lo contemple expresamente.
      Un abrazo, Joan.

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