sábado, 12 de octubre de 2013

DERECHOS SAGRADOS Y DEBERES HUMANOS

                        Mientras los jueces siguen acumulando indicios para esclarecer los casos de presunta corrupción o comisión de determinados delitos y, por su parte, los legisladores siguen elaborando las leyes que, una vez aprobadas, habrán de regir nuestras conductas y poner orden a nuestra convivencia, como corresponde en cualquier país civilizado y democrático, algunos se empeñan en hacer justo lo contrario. Sin reparo alguno, apelando a derechos sagrados y olvidando los deberes humanos, entorpecen la labor tanto de jueces como de legisladores cuando entienden que el desarrollo de la misma no es favorable a sus particulares intereses.
            La irrupción de tres activistas feministas, desnudas de cintura para arriba, en la sesión del pleno del Congreso de los Diputados, interrumpiendo al ministro de Justicia con el grito “el aborto es sagrado”, que llevaban escrito en sus cuerpos desnudos, y la concentración de unas cuantas decenas de personas frente al juzgado de la jueza Alaya insultándola, acosándola y abucheándola por ejercer su trabajo, que le encomendamos y pagamos todos los españoles, investigando el asunto de los EREs fraudulentos e imputando a sindicalistas por su relación con los hechos, como a cualquier otra persona que lo estuviera, son buenos ejemplos de actitudes totalitarias, de quienes son incapaces de asumir las reglas democráticas, entre las que tanto los derechos como los deberes son humanos y se diseñan por las mayorías parlamentarias resultantes de la voluntad popular de todos los españoles. No sé si, precisamente porque también consideran el aborto como un derecho sagrado (yo pensaba que hasta ahora quienes administran lo sagrado lo consideraban todo lo contrario), algunos diputados, en vez de reprobar actos tan exhibicionistas, aplaudían a las activistas mientras eran desalojadas de la tribuna, cuando su deber humano y cívico, como representantes de la soberanía popular, es desautorizar cualquier injerencia en el “sancta sanctorum” de la Democracia, como es el Parlamento, por sagradas que sean las aspiraciones de unos u otros. Un despropósito más que ningún humano puede entender, salvo quienes se rigen por los dogmas de fe, en este caso, la sacralidad del aborto en la naturaleza humana. Tampoco sé si, porque consideran a los líderes sindicales detentadores de derechos sagrados (yo pensaba que simplemente dirigían la defensa de las clases trabajadoras), algunos sindicalistas, en vez de exigirles un plus de honestidad (como a los políticos), intimidan a la jueza que instruye un caso de corrupción donde hay suficientes indicios contra algunos de los líderes sindicales, si además entre los insultos algunos son machistas, ya no entiendo absolutamente nada, pues pensaba que los sindicalistas eran amantes de la igualdad en todos los aspectos. Por el bien de todos, y sobre todo de ellos mismos, quienes consideran el aborto como un derecho (no sagrado desde luego) que, a diferencia de los demás derechos, no ha de ser limitado, siendo obviamente insuficiente cualquier ley despenalizadora, deben convencer primero a la mayoría de la población y presentarse a las elecciones generales… como hacen los demás y, el día que gobiernen, yo aconsejaré lo propio a quienes consideren que el aborto es cosa del demonio. Asimismo, quienes consideran que los líderes sindicales son intocables o que un juez hace las cosas mal, deben demandar al juez y, en caso de que lleve razón, exigir la dimisión inmediata de sus dirigentes sindicales y la devolución a todos los trabajadores de todo el dinero que, supuestamente, han trincado. Todo iría mejor si cada cual ejerciera sus derechos y cumpliera sus deberes. Humanos ambos, desde luego.                
            Descendiendo por tanto a lo humano desde estos escarceos por lo divino, lo cierto es que por fin el gobierno andaluz de Susana Díaz parece que se quiere tomar las cosas en serio, obligando a UGT a devolverle 25.000 euros y prometiendo que recuperará “hasta el último euro”, justo cuando aparece otro pago extraño de 13.700 euros por una cena con barra libre en la Feria de Abril, pagado a costa de la negociación colectiva. No hay mejor forma de negociar que delante de una buena mesa y, si encima sale gratis, mejor. Espero que no acosen a la socialista Susana por hacer su trabajo. Bastante tiene encima; como la jueza Alaya. De momento, toca aplaudir la iniciativa de Susana ofreciendo a Rajoy un acuerdo para ser “implacables contra la corrupción” (el PSOE hace poco, no apoyó la ley de trasparencia en el Congreso) y dejando en evidencia a Rubalcaba con los mensajes de que debe procurar la unidad de España, de que no se use la corrupción como arma arrojadiza y de que las primarias se hagan cuando lo necesiten los ciudadanos. No está nada mal. Desde Madrid, entretanto, retiran a UGT y CCOO el 90% del dinero que daban para formación, con lo que habrán de eliminar cursos como los de risoterapia, acoso moral, etc. mientras que, al parecer, las bases de UGT gritan a Cándido Méndez “¡estamos hartos de defender a los andaluces golfos!”, según publica algún diario. Hay que aclarar que se refieren a los presuntos golfos que hay en el sindicato en Andalucía y no a los andaluces, vaya a ser que haya un mal entendido y tengamos otro conflicto parecido al que tenemos con Cataluña, y, sobre los cursos, mejor dejar la risoterapia para otros ámbitos pues, con que los sindicatos se limiten y se ciñan estrictamente a defender a los trabajadores ya es suficiente.
            Por cierto, hablando de cursos y de educación, acaba de obtener luz verde la famosa Ley Wert, la séptima ley educativa de la democracia, que, obviamente nace sin consenso y con el anuncio de que en cuanto el PP pierda las elecciones será derogada, mientras que el gobierno catalán da a entender que no la aplicará. Esta incapacidad de unos y otros para ponerse de acuerdo en asunto tan trascendental explica de sobra la posición en la cola de nuestra calidad educativa entre todos los países democráticos.
            Y para terminar. Seguramente animado por las chulerías de Artur Mas y compañía que, temeroso de ser sobrepasado por ERC como dicen las encuestas, se permite y permite a los suyos todo tipo de exabruptos contra los no soberanistas (al extremos de que vinculan al PP y a Ciutadans con el nazismo), el estratega Picardo, desde Gibraltar, pensando que la veda está abierta en España, se permite insultar y arremeter contra los españoles, acusando a España de disparar contra “inocentes gibraltareños”, de “invasiones militares” y “disparos a inocentes en el Peñón”, al extremo de que el Gobierno español ha tenido que denunciar ante la ONU y quejarse ante el Reino Unido por las “graves injurias” de Picardo contra España.
            Como ven, despropósito tras despropósito. Y es que, como dice un proverbio chino, “cuando la sombra de los enanos veas crecer es que se acerca el crepúsculo”


                                               Jorge Cremades Sena

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