martes, 8 de octubre de 2013

VIOLENCIA CRECIENTE Y ASUNTOS COTIDIANOS

                        Mientras los expertos de la ONU inician la destrucción del arsenal químico sirio y EEUU lanza un ataque relámpago contra los islamistas radicales en Libia y Somalia, capturando a un dirigente de Al Qaeda en Trípoli y tiroteando a milicias de Al Shabab en Mogadiscio, una oleada de violencia se desata de nuevo en Egipto, dejando decenas de muertos, la guerra en Siria continúa y en Yemen asesinan a un miembro de la seguridad de la embajada alemana, desatando una gran preocupación en Occidente, pues, aunque la organización central de Al Qaeda se desvanece, sus grupos asociados se revitalizan a pasos agigantados, instalados en determinados países cuyos gobiernos o no pueden o no quieren acabar con ellos. El terrorismo internacional es una seria amenaza, no sólo para lo que entendemos como “civilización occidental”, sino también para lo que entendemos como “civilización musulmana” moderada y no yihadista. Sólo con una estrecha colaboración entre Occidente y los Estados Musulmanes moderados se podrá erradicar esta violencia extremista y radical o, al menos, reducir y controlar su amenaza de forma sustancial. No hay otra forma de hacerlo.
            Pero, siendo preocupante la violencia anterior, no lo es menos la que, poco a poco, se va instalando en España que, de ser verbal, está pasando a la acción, mientras una dialéctica instalada en el extremismo, se empeña en resucitar los viejos fantasmas de la extrema izquierda y la extrema derecha. Una preocupante deriva que, adobada con alucinaciones nacionalistas radicales periféricas, insolidarias y atomizadoras, puede llegar a ser muy peligrosa y amenazar la paz social de forma alarmante. Quien mal empieza, mal acaba, dice el refrán. El reciente asalto a una librería en Madrid por un grupo de extrema derecha durante la Diada, la creciente quema de símbolos estatales y asedio a instituciones, el estallido de un artefacto en el Ayuntamiento de Beade por parte de grupos gallegos de izquierda independentista (mientras su alcalde exhibe símbolos franquistas institucionalmente), el intento de ataque a la sede del PP en la calle Génova por grupos radicales, a los que, al parecer, se suma el 15-M, desvirtuado peligrosamente por grupos extremistas, que generan gran preocupación policial, son ejemplos evidentes de un peligroso camino que los partidos democráticos están obligados a zanjar de cuajo. Sin embargo, en vez de hacerlo prefieren dedicarse a una acusación mutua de apoyo o benevolencia ante estos extremismos, utilizando, como ya es costumbre en otros temas, el deprimente “y tú más”, cuando en asuntos tan graves lo que menos interesa es saber quién es más fuerte, si la extrema derecha o la izquierda…Simplemente hay que perseguir sus acciones delictivas y antidemocráticas de forma unánime y tajante.
            Y por si fuera poco esta violencia terrorista y totalitaria, no le va a la zaga la violencia doméstica, no sólo la conocida como violencia de género, que no cesa, sino otro tipo de violencia que se da en el entorno familiar de forma creciente, además de la violencia machista. Coincidiendo con el traslado del parricida Bretón a la cárcel de Villena y sin recuperarnos aún de la muerte violenta de Asunta, supuestamente a manos de sus padres, confluyen en estos momentos tres nuevo casos que ponen los pelos de punta. Un joven mata de un disparo a su hermana e hiere a su cuñado y a una vecina en Almería, al parecer por asuntos de herencia; una joven mata a su marido de una puñalada en Madrid, al parecer por asunto de drogas; y, lo más aberrante aún, un adolescente mata a su madre en Zaragoza de más de una docena de puñaladas, al parecer porque la culpaba de su separación matrimonial con su padre. Por si no tuviéramos bastante dosis de tragedia, el citado adolescente comunica a sus amigos por whatsapp: “He matado a mi madre y me vais a ver en las noticias”. Sin comentarios. No me quedan palabras. Pero pienso que algo debemos estar haciendo rematadamente mal para que estas aberraciones sucedan con mucha más frecuencia de lo razonable.
            Entretanto los partidos políticos a lo suyo. Tanto los barones del PP como los del PSOE, dedicados a exhibir sus discrepancias, reavivando sus luchas internas por el poder. Alicia Sánchez Camacho, no se sabe bien por qué, se suma a la insolidaridad catalana de CIU-ERC-ICV, pero en la versión intermedia de PSC, generando más confusión en el tema independentista (y perdiendo apoyos) y dejando a Ciutadans (incrementando apoyos) como único baluarte sólido del constitucionalismo; obviamente sus colegas de Madrid y Valencia exigen lo propio para sus territorios si se acepta en Cataluña un trato especial en la financiación (es el problema de utilizar los atajos en democracia, que todo se puede desmoronar) y, como consecuencia la catalán popular es desautorizada “ipso facto” desde la calle Génova. Feijóo, el gallego, por su parte, se muestra contrario a las “donaciones a los partidos” y partidario de “disminuir diputados” y de que gobierne la “lista más votada”; silencio desde la cúpula. En el bando socialista Patxi López, que no asiste a las reuniones de la ejecutiva de Rubalcaba, al parecer, se siente defraudado por el jefe y, como sus colegas asturianos, se dispone, sí o sí, a celebrar primarias y preparar la batalla por el liderazgo; el acuerdo con Madina no cuaja y la catalana Chacón anda allende los mares, mientras su colega Griñán, instalado en Madrid, va soltando lastre y dejando sus responsabilidades partidarias en Andalucía. . . donde, por cierto, la UGT, la organización hermana, se está cubriendo de gloria con el asunto de las facturas fraudulentas que, día a día, como sucedió con los EREs, va aumentando como una bola de nieve…. Menos mal que Cándido Méndez sale por fin de su incomprensible silencio, aunque para calificarlo de error, que nadie cree, y para asegurar que, en todo caso, “se corregirá” ya que, según él, “la mayoría de las cosas se han hecho bien”. ¡Faltaría más!
            Y hablando de corrupción no sólo UGT acumula “botes”. Menudo bote acumula Millet, el de el Palau de la Música, el de CDC de Artur Mas, el de “España nos roba”. Le acaban de descubrir, además de todo lo que ya se sabe sobre el caso, nada menos que más de tres millones de euros en Suiza (un país pequeño, que diría Mas, próspero e independiente) y se investiga si este “bote” tiene relación con su partido. Aquel asunto del 3%, que resultó ser el 4%, está dando mucho que hablar. No extraña por tanto que Jordi Pujol Jr., se gastara las pelas en pagar cinco mil pitos para que silbaran al rey, “mort al Borbó”, en la final de la Copa de 2009 entre Barça y Bilbao en Valencia, para dar la sensación de que se trataba de una reacción popular espontánea, como en otros tantos gestos soberanistas, pues, al fin y al cabo, Valencia es territorio del antiguo imperio catalán. Tampoco extraña que siguiera gastándose las pelas en miles de pegatinas para tapar en las matrículas de los coches la E de España por la CAT de Cataluña, supongo que comenzando por la propia flota de coches de lujo que tiene el clan Pujol. Hay que ver cómo viven y derrochan algunos en Cataluña a pesar de que España les roba y de que están en crisis por ello. ¿Cómo se viviría si España no les robara? Imagínenselo.
            Justo acabando este comentario, me entero de que un chaval de dieciocho años acaba de asesinar a su ex novia de catorce, ratificando desgraciadamente el título del mismo. Lo dicho. Algo estamos haciendo rematadamente mal.


                                               Jorge Cremades Sena

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