miércoles, 1 de enero de 2014

BIENVENIDO 2014

                        Con el eco de los insultos a las víctimas del terrorismo en Eibar, de la petición de “firmeza” de la AVT al Gobierno para que evite el homenaje previsto a los etarras, del comunicado de los presos de ETA, del ofrecimiento de Mas como “aliado” de España, de la llamada del Papa al compromiso ciudadano y de los díscolos discursos de la mayoría de presidentes autónomos, recibimos al nuevo año 2014 que bienvenido sea. El típico refrán de “año nuevo, vida nueva” conviene aplicarlo lo antes posible, pues los últimos coletazos del ya histórico 2013 dejan mucho que desear y muchas incertidumbres que despejar.
            Si la AVT, no exenta de razón, está doblemente ofendida por los silencios del Gobierno y por el acoso etarra, la ciudadanía, comprometida como dice el Papa Francisco, tiene que reaccionar de forma contundente, no sólo en este asunto, sino en general, exigiendo la citada “firmeza” al Gobierno frente a la impunidad de quienes campan a sus anchas cometiendo todo tipo de fechorías, dando la impresión de que quienes cumplen la ley son una especie de idiotas que, al final, salen perdiendo. Esta especie de dejadez es la base de que las cosas empiecen a cambiar durante este nuevo año, ya que, a la postre, de aquellos polvos, estos lodos.
            Un lodazal es, según los discursos de rigor de los distintos presidentes autonómicos, el Estado de las Autonomías. A estas alturas de la película ya no es el asunto del “soberanismo” o el nacionalismo rabioso la nota discrepante frente al Estado del que forman parte, dando la sensación de que cada gobierno autónomo o, al menos, bastantes de ellos, en vez de remar a favor del objetivo común de los españoles rema a la contra. Si no es por el asunto soberanista, es por el aborto, la financiación, el desafío catalán o vaya usted a saber qué. Basta oír a presidentes como el madrileño (“No consentiré que haya más impuestos para los madrileños” dice González) o el extremeño (“Nadie puede obligar a una mujer a ser madre”, dice Monago), pertenecientes ambos al partido gobernante en España, para imaginar que dirán quienes pertenecen a otras opciones políticas, aunque sólo sea por razones electorales. Un desmadre que no hay por dónde cogerlo. González, Monago y el resto de presidentes de las autonomías tienen obviamente como ciudadanos todo el derecho a opinar y proponer lo que les venga en gana, pero, salvo en asuntos de su estricta competencia, como representantes institucionales han de acatar aquellas leyes y decisiones que, perteneciendo a la competencia del Gobierno Central o del Parlamento, no sólo deben cumplir sino además hacer cumplir. No extraña que venga luego Artur Mas, actuando como si ya fuese totalmente independiente, con el ofrecimiento de ser un buen aliado de España, obviamente si el Gobierno autoriza un referéndum de independencia. “Pedimos que se nos deje votar. Y que el Estado no nos vea como un adversario y, ni mucho menos, como un enemigo. Hemos sido cuando hemos podido, queremos ser ahora y podemos ser en el futuro un aliado, un buen aliado”. Con aliados así, nada que temer. ¿No sería mejor que simplemente se dedicara a intentar ser un buen President de la Generalitat, que es para lo que se le eligió y por lo que los españoles, incluidos los catalanes, le pagan?
            Pues bien en este ambiente enrarecido de tan insignes personajes, con el desafío catalán de un lado y el asunto de mejorar la financiación autonómica de otro, como retos a afrontar en este año, los españoles, según algunas encuestas, creen de forma mayoritaria (70%) que el 2014 no será el año de la recuperación, como dice Rajoy y buena parte de los expertos, aunque piensan (57´6%) que será mejor que el 2013, pero consideran (75´5%) que la salida de la crisis de España sólo se producirá a medio plazo. Desde mi punto de vista todo dependerá, no sólo de las decisiones a nivel interno español, sino también de cómo se desarrolle en la UE este año crucial que se inicia hoy con la entrada de un nuevo miembro en la eurozona, Letonia, y la presidencia griega. Bienvenidos los letones a la casa del euro y toda la suerte para los griegos que tan mal lo están pasando, como nosotros y algunos otros estados, como habitantes de la misma.                 
            Quien no lo debe estar pasando bien es el mismísimo Putin que se enfrenta a una ofensiva de terror yihadista justo cuando en Rusia se van a iniciar los Juegos Olímpicos de invierno. Nada menos que 40.000 soldados y policías ha destinado a garantizar la seguridad de la sede olímpica, afirmando que está dispuesto a acabar con los terroristas. Atención a este asunto de preocupación internacional y que todo salga de la forma más satisfactoria.
           

                                               Jorge Cremades Sena

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