viernes, 3 de enero de 2014

“TRANSPARENTE, PACÍFICO Y DEMOCRÁTICO”

                        Son los adjetivos que utiliza Artur Mas para “vender” a los líderes europeos su proceso independentista. Calificado por algunos de “ridículo”, yo creo que es algo mucho peor, el Molt Honorable President de Catalunya, mientras algunos trasplantados catalanes sufren problemas de acceso a fármacos vitales, se dedica, entre otras cosas, a enviar cartitas a presidentes de varias decenas de países para que le ayuden en estimular un proceso “transparente, pacífico y democrático” en Europa y así vencer la resistencia del Gobierno de Madrid. Se refiere, obviamente, a su propuesta de consulta ilegal con el objetivo de independizar a Cataluña del resto de España. ¿Se imaginan al presidente de Sajonia escribiendo a Rajoy para que le ayude a independizarse de Alemania y doblegar la resistencia del Gobierno de Merkel? ¿Se imaginan a Rajoy contestándole que hará lo que haga falta para que Merkel se doblegue ante semejante ilegal propuesta? Pues, eso. En su argumentario estrafalario, se permite anunciarles que el “referéndum” se “celebrará” en la fecha ya decidida y asegura que se producirá la independencia, con lo que Cataluña “será la séptima mayor economía de la UE”, acusando entretanto a los “funcionarios españoles” de minar su autoridad. En fin, lo de Juan Palomo, “yo me lo guiso, yo me lo como”. Me pregunto (y se preguntarán los mandatarios internacionales), si tiene autoridad, si todo es trasparente, pacífico y democrático… ¿qué tipo de ayuda necesita ante un país, España, democrático, amigo y aliado de la mayoría de los países a los que solicita la ayuda? Es una pena que, por si lo desconocen, no les haya relatado en la misiva que el problema es que él no tiene “autoridad” para hacer lo que hace, que la legalidad vigente se lo impide, y que, por tanto, su proceso es justamente lo contrario a trasparente, pacífico y democrático. En todo caso, supongo que todos estamos ansiosos por conocer las respuestas a tan pintorescas peticiones.
            Tan pintorescas como la búsqueda, por parte de algunos voceros y tertulianos de piñón fijo, de los tres pies al gato para ensombrecer los buenos resultados económicos de estos días, dando la sensación de que les entristece que la prima de riesgo, el paro y la desconfianza internacional hayan bajado. ¿Cuesta tanto felicitarse y felicitarnos ante las buenas noticias que inauguran el año? Sólo falta que con lo que nos ha caído encima y con lo que nos tiene que caer todavía, seamos incapaces de disfrutar de los escasos momentos de cierta alegría que nos proporcionan las noticias, cuando lo lógico es que toquemos madera para que los próximos datos vayan en la misma dirección que los que ahora nos alegran un poquito la existencia.
            Incluso quienes se mueven por mecanismos irracionales de tipo militante o ideológico, si su alegría o tristeza depende en exclusiva de intereses partidistas, tiene la posibilidad de elegir la opción que más le interese. Basta echar un vistazo a las encuestas para quedarse con la que más convenga: “Rajoy decepciona al 68´4% de los ciudadanos y a un 54´7% de sus propios votantes” o “el PP de Rajoy aventaja en 8´9 puntos al PSOE de Rubalcaba”. Quien no se contenta, es porque no quiere. Por ello sugiero que, al margen de los datos que vayan apareciendo, se afronte la realidad con optimismo. Una buena forma de afrontar lo que queda por hacer en esta legislatura. Baste, como ejemplo, una de las leyes más polémicas, la del aborto. Con toda la oposición en contra, así como colectivos sociales, sindicales, etc. resulta que, según una encuesta publicada hoy, el 52´9% del electorado popular (imaginen de todo el electorado) prefiere la ley Aído, mientras que, según otra encuesta, el 72´1% la rechaza y el 51% es favorable a una ley de supuestos como la de Gallardón. Con esta especie de opciones a la carta, hasta lo trágico parece cómico.
            Y hablando de tragicómico curiosamente los excarcelados etarras se citan para concentrarse en un “matadero”, mientras el juez Pedraz pide informes para ver si el evento incurre en algún tipo de figura delictiva y lo prohíbe. Hasta Sortu corre el riesgo de ser ilegalizado si, en caso positivo, acude al acto etarra convocado para mañana. Y, entretanto, la Defensora del Pueblo abre investigación al Gobierno por su actitud ante la “doctrina Parot”.
            Finalmente, mientras Competencia no encuentra pruebas de manipulación en la subasta eléctrica, donde se desencadena un conflicto es en Panamá, al extremo de que el Presidente panameño ha citado a nuestro embajador, mientras nuestra ministra de Fomento viaja al país centroamericano para intentar suavizarlo al menos. Sacyr, tras haberse adjudicado en su día la megaobra del Canal de Panamá, paraliza las obras, alegando que no puede asumir el sobrecoste y exigiendo el 50% más de lo presupuestado. Obviamente las autoridades pertinentes de Panamá no aceptan la petición. Si en su momento ya se cuestionó la viabilidad de la oferta a la baja de Sacyr, para quedarse con la obra frente a otros aspirantes, ahora se pone en evidencia, al margen de otras circunstancias, que las críticas no eran gratuitas. Un feo asunto que, aunque pertenezca al ámbito de lo privado, puede empañar la “marca España” en el exterior, lo que le da trascendencia pública y diplomática al asunto.
Es lamentable que con demasiada frecuencia, cuando no se mete la mano, se mete la pata, y en muchas ocasiones ambas a la vez. Y luego toca “desfacer” el entuerto.         

                                               Jorge Cremades Sena

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