jueves, 27 de marzo de 2014

QUE ARTUR MAS RECUPERE EL NORTE

                        Es la petición que el PSC, el PP y Ciutadans hacen al “president” de Catalunya, “que recupere el norte” tras su empecinamiento en continuar su loco proyecto pasando incluso por encima del Tribunal Constitucional. Bueno, que lo recupere él y todos aquellos que jalean y apoyan semejante locura. Una cuestión que debieran haberle pedido con firmeza y sin fisura alguna desde hace mucho tiempo, más o menos, desde que hace ya años inició su camino equivocado. Ahora, parece ser que tanto Rajoy como Rubalcaba pactan una estrategia para hacerle frente en el debate parlamentario del próximo día ocho. Bienvenida sea la decisión del presidente del gobierno y del jefe de la oposición, aunque, en un asunto tan grave, dicho pacto debiera haberse producido mucho antes y no cuando Mas hace un desprecio rotundo al mismísimo TC manteniendo su órdago ilegal e invitando por carta a los ayuntamientos a que colaboren con la consulta, es decir, incitándoles, insólitamente, al incumplimiento de la ley. En vez de acatar las resoluciones de tan alto tribunal, que sólo respeta cuando le conviene, manifiesta que para conseguir su objetivo hallará “una solución a cada escollo para esquivarlo” lo que, implícitamente, supone reconocer que la ley para él es un escollo, cuando debiera ser la razón de su proceder como gobernante. Hay que recordar que quienes consideran la ley como un escollo a esquivar para hacer prevaler sus decisiones personales o de grupo por encima de ella se sitúan inequívocamente en el totalitarismo político. Un escollo podría ser, entre otros, que los bancos catalanes no tengan liquidez fuera de la zona euro (tal como manifiesta Linde, el gobernador del Banco de España), que es lo que le sucedería a Cataluña si en última instancia tuviera éxito su independencia unilateral, y esquivarlo supondría llevar a los catalanes a una situación caótica que, si están de acuerdo, nada que alegar. Escollo esquivado con las consecuencias pertinentes. Pero incitarlos a la comisión de actos delictivos es algo mucho más grave y además inaceptable desde el punto de vista democrático. Por cierto, el citado Linde, dice además que “España crecerá al 1´2% pese a que la situación de Europa no ayuda”, aunque supongo que estas cuestiones le importen un bledo al president de Catalunya.
            Desgraciadamente, en Cataluña, un suceso ha conmocionado a los españoles, incluidos por supuesto a los catalanes. Cuatro niños de la misma familia fallecen en un incendio en su casa de Vendrell, cuyos padres, desahuciados de la misma anteriormente, vivían de nuevo en ella como “okupas”. Una historia que pone los pelos de punta. Que Ayoub, Thami, Osama y Mohammed, que así se llamaban los pequeños, descansen en paz.
            Y esa Europa a la que se refiere Linde, bien podría esmerarse en ayudarse a sí misma. El auge del totalitarismo y la violencia como respuesta a la crisis global que padece desde hace algún tiempo, el egoísmo nacionalista de muchos de los países que la conforman, incluidos los de la UE, y la ausencia de políticas conjuntas de defensa y solidaridad, puestas en evidencia con la crisis de Ucrania, debieran ser razones más que suficientes para iniciar un serio debate europeo de qué camino se ha de seguir de cara al futuro. Obviamente los EEUU lo tienen mucho más claro y, aunque en Europa no se considere políticamente correcto, es precisamente Obama, el presidente demócrata norteamericano, quien ha venido a pedirle a Europa una OTAN más fuerte tras el desafío de Rusia con la anexión de Crimea, advirtiendo a los europeos que “la crisis de Ucrania nos recuerda que la libertad tiene un precio”. Es paradójico que los europeos, que tan caro pagaron el precio de su libertad en el siglo pasado, olviden tan pronto el sacrificio y miren hacia otro lado cuando, salvando las distancias, muchos episodios de entonces nos recuerdan los inicios de las dos tragedias vividas en suelo europeo especialmente. Una excesiva tolerancia a la violencia, supone, al final, que cuando quieres erradicarla ya es demasiado tarde.
            Por cierto, siguiendo con la violencia y en nuestro país, al margen de la violencia política que supone moverse en la ilegalidad desde las instituciones, se hace cada vez más grave la violencia callejera que, en estos días ha rebasado todos los límites. Por si los radicales no hubiesen tenido bastante con la violencia ejercida el 22-M, la extienden ahora a la Universidad Complutense. Una especie de “caza al policía” al grito de “vamos a matarlos, que son pocos”, siendo rodeados dos de ellos por unos cincuenta radicales y provocando que un poli, al verse acorralado, se haya visto obligado incluso a sacar su arma reglamentaria, aunque, afortunadamente, no ha pasado de ahí la cosa. ¿Qué harían ustedes si estuvieran en el lugar del policía? Sean honestos y respóndanse a si mismos. Cada vez son más quienes entienden que la estrategia de los radicales “antisistema” es provocar a la policía de tal forma que, antes o después, haya un “mártir”. En el desalojo de la Complutense ha habido más de cincuenta detenidos tras un violento enfrentamiento. Uno más. ¿Dónde estarán ahora los detenidos? Imagínenselo. Ya sabemos dónde están los del 22-M. En la calle. Esperemos, al menos, que no encierren al poli que sacó la pistola. Seguro que algunos tertulianos televisivos avalarían la medida por el gesto violento del policía. Ya hasta hemos oído que quienes provocan los altercados son las fuerzas de orden público y que lo hacen para que se prohíba el derecho de manifestación. Los radicales, por lo visto, pretenden que tal derecho se siga ejerciendo, como debe ser, pacíficamente. A la vista está.


                                               Jorge Cremades Sena

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