No
cabe duda, es la noticia nacional, europea e internacional. Escocia vota hoy en
un referéndum que no sólo puede finiquitar tres siglos de existencia del Reino
Unido (si lo hiciera Cataluña finiquitaría más de cinco siglos de España) sino
que puede marcar el modelo futuro de Europa (si lo hiciera Cataluña de forma
ilegal, a diferencia de Escocia, no sólo marcaría el modelo futuro sino que
además heriría de muerte la esencia de la UE, basada en la estricta aplicación
de la legalidad). Sin un resultado previsible, aunque con una pequeña ventaja
del “no”, en que coinciden las tres últimas encuestas realizadas aunque con un
porcentaje de indecisos del 10% y una probable participación masiva, Europa
cierra filas frente al abismo escocés, que pone en juego mucho más que el
incierto futuro de Escocia en caso de ganar el “sí”, pues, entre otros,
catalanes y flamencos, de momento, por no hablar de vascos, por ejemplo, lo
verían como un “precedente” a imitar fervientemente y, al margen de la
legalidad del país respectivo al que pertenezcan dichos territorios, abrirían
un inestable e incierto futuro en el mapa político europeo. Mientras Rajoy
avisa de que los 28 Estados miembros de la UE coinciden, como es lógico, en “no
dar facilidades a quien salga y quiera volver a entrar en la UE” (obviamente no
se trata de un juego de niños irresponsable) y califica los procesos
independentistas como “un torpedo en la línea de flotación de la UE”, cuyo
espíritu desde el inicio es la unión de Estados pero no la destrucción de los
mismos, Cameron se justifica manifestando que “el apoyo a la independencia
sería mayor si me hubiera negado al referéndum”, un futurible que, en todo
caso, nunca sabremos su desenlace, aunque, obviamente, como la legalidad del
Reino Unido lo permite, es probable que la negativa a la aspiración legal de
independencia de buena parte del pueblo escocés (aunque no de todo el pueblo)
iría “in crescendo” ante una negativa política sin base jurídica alguna. En
todo caso, tanto Salmond como Cameron, debieran haber pactado el requisito de
una mayoría cualificada, pues, condenar a medio pueblo escocés a seguir
perteneciendo al Reino Unido o a una Escocia independiente, fuera de la libra y
de la UE, porque así lo quiera la otra mitad más uno, me parece que es jugar
peligrosamente con el futuro de la gente y, al margen de lo que resulte en el
referéndum, lo que ya se ha logrado es una división del pueblo irreversible e
irreconciliable. Cuestión distinta sería si asuntos tan trascendentales fueran
decididos por una amplia mayoría de la población que, al margen de los daños
causados a los perdedores (éstos siempre van a existir), garantizaría la
estabilidad futura.
Bueno,
y en cuanto a lo nuestro, es decir, al asunto catalán, ya se sabe que el
Gobierno celebrará una reunión urgente en cuanto Mas convoque la consulta en
Cataluña, actuando el Consejo de Ministros este mismo fin de semana, si el
President firma el decreto ilegal para llamar a las urnas. Esperemos que el
Gobierno no sea acusado de amenazas por su actuación, pues en España ya sabemos
que todo es posible. Y, mientras los ministros siguen en alerta sobre ese
posible Consejo extraordinario, aunque sea el sábado, para aprobar el recurso
contra la consulta de Mas, una vez más el PSC vota en el Parlament dividido a
la hora de oponerse a la consulta. Una vez más ¡qué hace el PSOE sin crear su
propia federación en Cataluña como en el resto de CCAA! Es incomprensible que
prefiera seguir manteniendo al PSC como interlocutor socialista en Cataluña,
cuando, a las pruebas me remito, los objetivos políticos de una buena parte de
sus militantes y dirigentes, minoritarios o no, consisten en la prevalencia del
nacionalismo sobre el socialismo y, además, aun estando en minoría a nivel
interno, en desacatar la disciplina del sentido mayoritario del voto, en una
estrategia claramente de tintes totalitarios. Todos parecen ignorar que el
nacional-socialismo es altamente peligroso.
En
cuanto a asuntos de corrupción, el Parlament reprueba a Jordi Pujol, pues todos
los grupos, excepto CiU, condenan los “actos delictivos” del ex president y le
piden a la Generalitat que se persone en la causa. Entretanto se conoce que el
socialista Marcelino Iglesias, siendo Presidente de Aragón, amañó el contrato
de una obra pública y la infló en 150 millones; lamentablemente, como ven, al
PSOE le crecen los enanos por todas partes, por lo que de ninguna de las
refriegas políticas es capaz de salir indemne. ¡Qué pena! Y eso que nadie puede
negar, de momento, la buena intención de Sánchez por poner orden en el corral.
Por
cierto, mientras el PSOE pide al Gobierno mayor implicación en la alianza
contra los yihadistas, el Ministerio de Defensa enviará a Turquía con la OTAN
una batería de misiles y desplegará 130 militares en la zona.
Y
una buena noticia. Unos 150.000 contribuyentes han informado de su patrimonio
en el extranjero a Hacienda desde 2012, cuando el Gobierno aprobó detallar al
fisco el patrimonio en el extranjero. Así, con la declaración de más de 100.000
millones en el extranjero (¡imaginen lo que habrá!) se han aflorado este año
20.449 millones de euros que, obviamente, alivia los ingresos del fisco.
En
cuanto al deporte, con más pena que gloria el Barça derrotó 1-0 al Apoel en el
partido inaugural de Champions en su grupo, mientras que el Shakthar, en el
suyo, dominó al Athletic en San Mamés aunque empataron a cero.
Jorge Cremades Sena
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