martes, 18 de agosto de 2015

EL DESMADRE INDEPENDENTISTA



                        A medida que se acerca la fecha de celebración de las elecciones autonómicas catalanas con apariencia de plebiscito totalitario (suelen ser los modelos ideológicos quienes usan los plebiscitos como fórmula de legitimación), en el mundo político del independentismo el desmadre crece y crece de forma alarmante. Las declaraciones de Romeva, el nuevo jefe de filas, poniendo en duda que Artur Mas sea el presidente si “Juntos por el Sí” gana las elecciones y su posterior rectificación inmediata apoyándole decididamente para serlo, aviva la pugna al entrar en escena el tercero en discordia, Oriol Junqueras, que, obviamente, quiere presidir la “república catalana”, avivando la guerra interna de la independencia frente a Mas y Romeva, quien con sus declaraciones aumenta la división en el heterogéneo mundo ideológico independentista. Por otra parte, personalidades de la sociedad civil de Cataluña preparan un demoledor manifiesto para principios de septiembre, mientras que la Junta Electoral obliga a TV3 a eliminar un logo que copia al de los independentistas. Y, por si fuera poco, ahora resulta que Convergencia, el partido de Mas, rechaza toda reforma constitucional y por boca de Homs advierte de que no negociará las propuestas de PSOE o PP ya que sólo aceptarán la autodeterminación (derecho reservado por la ONU a determinadas situaciones que en ningún caso se dan en Cataluña) o la independencia, que, al final, es el verdadero objetivo último de cualquier movimiento nacionalista totalitario, aunque aquí en España, por la razón que sea, no seamos capaces de entenderlo y sigamos pensando que con nuevas concesiones se saciaran las intransigencias independentistas. Es lo que sucede, por ejemplo, a Podemos (en plena guerra interna con fuertes críticas al liderazgo de Pablo Iglesias a causa del desgaste en las encuestas), que elude pronunciarse claramente sobre el independentismo por razones electoralistas, o al PSOE y especialmente al PSC, cuyo líder, Iceta, pide ingenuamente el reconocimiento del “hecho diferencial” catalán, como si no estuviera ya sobradamente reconocido, chocando frontalmente con el mundo independentista y generando dudas profundas en el mundo democrático constitucionalista español dentro y fuera de Cataluña. En política no se puede sobrevivir con solvencia en la permanente ambigüedad calculada pues siempre llega un momento, como es el caso, en que tienes que optar clara y abiertamente para que la ciudadanía sepa exactamente a qué estamos jugando y la necesidad de desenredar este desmadre independentista exige decantarse por la democracia o el totalitarismo intransigente sin ningún tipo de duda. A los españoles, incluidos los catalanes, nos ha costado mucho conseguir la libertad como para jugar ahora con ella por vaya usted a saber qué tipo de intereses electoralistas.
            Y al hablar de libertad y democracia algunas cuestiones debieran hacernos reflexionar. Compromís que gobierna en la ciudad de Valencia gracias al PSOE (que, por cierto votará sí en el Congreso al rescate griego para alejarse de Podemos ante Europa), lideró una campaña contra un cantante al que exigió una declaración política previa para actuar en el festival de Benicasim, apoyando y defendiendo que se prohibiera participar a Matisyahu, cantante judío norteamericano, si no se pronunciaba previamente contra Israel por su política contra los palestinos. En fin, como para preocuparse. También es preocupante que el Ministerio de Interior se vea obligado a extremar controles sobre 186 presos por riesgo yihadista y establezca un protocolo de vigilancia especial en las cárceles para evitar que el IS y otros grupos radicales capten nuevos adeptos en las mismas.
            En cuanto a otros asuntos cabe destacar que, a pesar de que el número de huelgas en los primeros siete meses del año ha descendido un 3%, el número de trabajadores que las secundan se ha disparado un 22% respecto al mismo periodo de 2014 (menos huelgas, pero más huelguistas en definitiva); que un empresario del “caso Rato” es detenido en Barajas cuando huía a Méjico (ya ven, buscando el paraíso, el que no corre vuela); y que Manuela Carmena disfruta de sus vacaciones en una villa de la urbanización Atlantera, la zona más cara de la costa gaditana, por el módico precio de 4.000 euros semanales (ahora ya sabemos qué “compromisos vacacionales” le impidieron asistir al popular homenaje en Madrid a la Virgen de la Paloma, aunque desconocemos si añadían un visita a tan lujosa villa de Kichi, el populista alcalde de Cádiz). En fin, es lo que hay, ya ven, lo de Carmena, al alcance de cualquiera. ¡Felices vacaciones!
            Y en el exterior, mientras la catástrofe de Tianjin deriva en una crisis política con sospechas sobre conexiones corruptas que permitieron almacenar nada menos que 700 toneladas de químicos explosivos (ya ven, la corrupción no está reñida ni con las ideologías, ni con la geografía), dos ataques terroristas en un templo del principal distrito comercial de Bangkok provoca una masacre en el corazón turístico del sureste asiático con un saldo de al menos 19 muertos y 123 heridos, haciendo inseguro el turismo en Tailandia, pues, no en vano, como dicen los turistas, “aquí venimos a gastar, no a recoger cadáveres” (ya ven, la violencia terrorista, que sí está reñida con ideologías políticas democráticas, golpea allá donde puede al margen de las mismas, pues el horror y la ruina es su razón de ser, sin necesidad de excusa alguna, si ayer tocó en Francia o España, hoy toca en Tailandia y mañana quién sabe dónde).   
Jorge Cremades Sena

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, gracias