domingo, 25 de octubre de 2015

PACTO POR LA REBELIÓN



                        Justo cuando finaliza a nivel nacional la legislatura más difícil y complicada de toda la democracia probablemente, en la que España cambió de Rey, superó la quiebra económica, vio emerger nuevas opciones políticas y no cedió al desafío soberanista, Artur Mas, acorralado judicialmente por su presunto ilegal proceder en el falso referéndum y por la presunta corrupción del famoso 3% en el seno de CDC, que dirige, ofrece a la CUP, con tal de salvarse de la quema, un “pacto por la rebelión”, consciente de que su situación política personal está al límite del desastre total. Antonio Baños, número uno de la CUP, decía hace unos días que “para obtener la independencia hay que montar un pollo político y judicial” y desde su desvarío totalitario no va desencaminado ya que es lo normal en cualquier proceso independentista unilateral que atente contra la legalidad democrática establecida en el Estado de Derecho al que pertenezca dicho territorio. En todo caso Baños no va desencaminado ni sorprende a nadie ya que la CUP, antisistema y anti UE, tiene bien claro que sólo mediante “pollos” de todo tipo, siempre convulsos y violentos, puede mantener su totalitaria opción política en ámbitos democráticos como es el caso de España o de Europa. Quien va desencaminado es Artur Mas, representante del Estado Español en Cataluña, lo que le convierte en el primero en pagar el pato (los demás no son gobernantes y, por tanto, no se convierten en traidores), y además representante también, supuestamente, de una derecha liberal catalana, capitalista y emprendedora pero genuinamente democrática (electorado al que traiciona de forma torticera), al aliarse con la ERC de Junqueras, opción de izquierda radical e independentista, y, por si tales contradicciones no bastasen, optar suplicante ahora a un pacto del diablo por la rebelión con la CUP, es decir, un plan de rebeldía planteado en tres fases concretas: desconexión con el Estado Español, desobediencia a la legalidad democrática establecida y refundación de CDC, supuestamente contaminada hasta las trancas por la corrupción. Una especie de borrón y cuenta nueva con tal de salvaguardar su fracaso personal y el de su esquizofrénico proyecto político totalitario. Pacto por la rebelión que la CUP no está dispuesta de momento a suscribir con Artur Mas a la cabeza, pues si ERC ya se ha contaminado suficientemente con la corrupción que políticamente representa Mas y su partido sin decir esta boca es mía, la CUP no está dispuesta a semejante contaminación y menos aún bajo el liderazgo de un Artur Mas ya amortizado para los planteamientos independentistas totalitarios, por lo que desde tan antidemocrático mundo sólo desean ya darle las gracias por los servicios prestados.
            Y como la realidad es tozuda, por si alguien tiene la tentación de olvidarlo, la investigación del “caso 3%” sigue dando sus frutos con nuevos descubrimientos. Hoy mismo se publica, sin que nadie lo desmienta categóricamente como en todos los anteriormente publicados, que son un montón, que un alto cargo de Artur Mas dio obras con un sobrecoste de hasta el 80% o más; se trata, por ejemplo, de Josep Antoni Rosell, uno de los detenidos por el 3%, que otorgó un proyecto de 1.100 millones a una empresa que después dirigió él mismo: se trataría del Canal Segarra-Garrigues cuya adjudicación diseñó Rosell antes de dirigir el proyecto desde la empresa privada. Y los sobrecostes a pagarlos el común de los mortales, pues desde la famosa ocurrencia de aquella ministra socialista, de cuyo nombre no quiero acordarme, de que “estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie”, todas las tropelías que se hagan con lo público a nadie hay que achacárselas ya que, ya ven, a nadie perjudicarían. En fin, sin comentarios.
            Entretanto Rajoy vuelve a confiar en su gurú Arriola para el 20-D, tras haber sido relegado en las autonómicas y en las municipales, pues el Presidente ha dado orden de que se incorpore a la planificación de las elecciones generales y ayude al Director de campaña Jorge Moragas. Por su parte, y siguiendo con la corrupción, dice Alfonso Alonso, Ministro de Sanidad y nuevo líder de los populares vascos, que “los casos de corrupción del PP son de épocas del pasado”, que “el Gobierno no está dividido; el desgaste del PP es porque asumimos nuestras responsabilidades” y que “sería absolutamente inaceptable que Rivera exigiese la cabeza de Rajoy para pactar tras las generales”. Cierto que la corrupción es del pasado lo que simplemente la convierte en añeja, pero no exenta de que sus responsables paguen por ello, sean quienes fueren; como, al menos, Alonso ni desmiente la corrupción ni achaca la investigación a un complot contra España, como hace Mas en Cataluña, ni afirma que el dinero público no es de nadie y, por tanto, alguien habrá sido perjudicado por su malversación, simplemente que la investigación siga su curso y que los culpables, sean del pasado o del presente, paguen por ello si se demuestra su culpabilidad, como cualquier hijo de vecino. No tan cierto que el Gobierno sea una piña, al menos últimamente, ni que el desgaste se deba, aunque también, exclusivamente por asumir responsabilidades que, en todo caso, se podían haber asumido de otra forma o haber explicado hasta la saciedad las razones por las que se asumían así, tanto en lo que respecta a las medidas gubernamentales como a las que afectan a casos de corrupción. Y más que cierto que sería inaceptable si gana Rajoy las elecciones que nadie exija su cabeza para pactar posteriormente un gobierno popular, no lo entendería absolutamente nadie, cuestión distinta es que se exijan asuntos de ámbito programático a cambio de una gobernabilidad pactada.
            Y mientras Defensa busca en el mar a la desesperada a los militares desaparecidos tras el accidente del helicóptero que tripulaban y Morenés informa a sus familias de que los buzos no les encuentran, aunque tampoco se descarta un secuestro, España pone fin a 14 años de misión militar en Afganistán, por lo que la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría recibe de manos del coronel García Parra, en la localidad afgana de Herat, la bandera arriada después de tantos años de participación española en la coalición liderada por la OTAN y EEUU contra la guerrilla talibán.
            Destacar además que el fiscal del “caso López” denuncia una farsa judicial y huye de Venezuela; que Argentina se dispone a elegir en las urnas al sucesor del kirchnerismo; y que la Iglesia abre la puerta a estudiar caso por caso que los divorciados puedan comulgar.
Jorge Cremades Sena

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