jueves, 28 de enero de 2016

GOBERNABILIDAD ATASCADA



                        Al margen de las preferencias que cada uno tenga sobre el futuro gobierno de España, lo cierto es que, hoy por hoy, la gobernabilidad está atascada, al extremo de que lo más probable sea que al acabar esta segunda ronda de consultas por parte del Rey todo siga igual que cuando acabó la primera ronda. Por eso, para evitar este atasco “in eternis”, aunque algunos analistas consideran que hay que dar tiempo al tiempo con alguna ronda más de consultas, no son pocos quienes se preguntan cómo es posible salir del atasco. Ya se apunta a que el Rey podría disolver las Cortes sin que haya ninguna investidura fallida (requisito normal para que empiece a contar el tiempo de dos meses para la celebración de nuevas elecciones que, en todo caso, según los sondeos darían unos resultados bastante similares a las del 20-D), ya que si ningún candidato aceptase someterse a una votación fallida, Felipe VI, podría remitir una carta al Presidente del Congreso para desbloquear la situación y entonces Patxi López tendría dos opciones: convocar elecciones inmediatamente o considerar la situación por analogía como “votación fallida” para comenzar a contar desde dicha fecha los dos meses. Es obvio que ante este vacío legal de procedimiento, no podemos estar mucho tiempo mareando la perdiz, tal como están haciendo los dirigentes políticos a quienes los españoles les han ordenado pactar, pactar y pactar; y, según parece, estarían dispuestos a decirles lo mismo en caso de nuevos comicios. Y mientras Sánchez rechaza el plan de Rajoy en busca de dar “tranquilidad y estabilidad” a España, ofreciendo el PP sin éxito apoyar al PSOE en las cinco CCAA y en los Ayuntamientos donde los barones gobiernan con apoyo populista (quienes, por cierto, buscaron apoyo de los separatistas para presidir el Congreso), Felipe González, con un lenguaje críptico para que cada quien entienda lo que le convenga dice, entre otras cosas, que “ni el PP ni el PSOE deberían impedir que el otro gobierne”, que “no tendrían que negar la posibilidad de un Gobierno si no pueden hacerlo ellos”; que quiere “que España tenga Gobierno” y prefiere “que sea progresista y reformista”, que “la pinza que el PP hizo en Andalucía con Podemos no es un ejemplo a imitar” y que Podemos pretende “liquidar el marco democrático de convivencia y, de paso, a los socialistas”….. Un discurso al que se unen los “susanistas” y que algunos interpretan como que el PSOE deje gobernar al PP de alguna manera (el descarte con Podemos es evidente) y otros que el PP deje gobernar a PSOE-Ciudadanos, obviamente mediante la abstención.
            Menos críptico, ya que no está reservado al entendimiento de unos pocos sino que todos lo interpretan con idéntico asco, son los asuntos de corrupción, aunque cada quien adopte su discurso según le convenga en cada caso. Y al respecto el Supremo anula por engaño la compra de acciones de Bankia, que tendrá que devolver el dinero de su salida a Bolsa, ya que la entidad incluyó “graves inexactitudes” en el folleto de su debut bursátil, lo que indujo a engaño a miles de inversores, permitiendo así la sentencia que los pequeños accionistas recuperen 1.800 millones y abriendo la posibilidad de que los mayoritarios reclamen otros 1.200 millones. En cuanto al feo asunto de corrupción en Valencia se van conociendo datos de la investigación como que el PP blanqueaba mordidas para financiar sus campañas, ya que concejales y cargos afines a la ex alcaldesa Rita Barberá realizaban donaciones legales para pagar gastos electorales que luego la trama les reintegraba en sobres con billetes de 500 euros. Y sobre el “caso Acuamed” la actual Ministra de Agricultura afirma: “He ordenado investigar los contratos de FCC con este Ministerio”, asegurando que va a “buscar en cada rincón” para depurar responsabilidades. Lástima que en estos casos, como en todos los demás y de todos los partidos, los responsables políticos no hubiesen derrochado tan buenas disposiciones “a priori” para prevenir tamañas golferías, aunque, como dice el refrán, aunque sea a posteriori, más vale tarde que nunca, pues, hecho el tremendo daño, se trata ahora de que nadie quede impune y, al menos, que cada uno apechugue con sus responsabilidades penales ya que, a la vista está, nadie apechuga con las responsabilidades políticas, lo que debiera ser contemplado como exigencia prioritaria en un urgente y necesario pacto anticorrupción de cara al futuro que debiera consensuarse entre todos los partidos políticos por mera higiene democrática.
            En cuanto a otros temas se refiere cabe destacar que Repsol perderá 1.200 millones por la caída del petróleo; que la Generalitat cambia ahora la declaración unilateral de independencia por otra de “intenciones”, una burla intolerable a los ciudadanos, para, entretanto eludir las responsabilidades penales que correspondan a los dirigentes independentistas; que la ministra francesa de Justicia dimite por las duras medidas antiterroristas en Francia, insólita actitud cuando lo que se debiera hacer es aplicarlas de forma contundente por razones de seguridad; y que la fortaleza defensiva de Simeone queda en entredicho ya que el Atlético de Madrid es apeado de la Copa del Rey por el Celta de Vigo.
Jorge Cremades Sena

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