viernes, 1 de julio de 2016

UN EJECUTIVO CON LA MÁXIMA ESTABILIDAD



                        Tal como está el patio en la UE, que por culpa del “Brexit” ya ha sido rebajado su nivel de solvencia por S&P (y esto no ha hecho más que empezar), y tal como pinta la política en España en los últimos tiempos, no extraña, sino todo lo contrario, que Merkel urja a Rajoy por teléfono a que forme un Gobierno cuanto antes, trasladándole que el Brexit exige la formación de un Ejecutivo con la máxima estabilidad. Pero claro, la alemana, acostumbrada a gobernar en alianza con los socialdemócratas, olvida que en estos lares hispanos la democracia es incapaz de entender que por razones de Estado los partidos han de poner siempre el interés general por delante de sus legítimos intereses particulares. Y así nos va. En efecto, guste o no guste, el popular Mariano Rajoy (vencedor de los comicios como Merkel en Alemania con CDU) ofrecerá, al parecer, a Sánchez (perdedor y segundo en los comicios como Sigmar Gabriel con el SPD alemán) un gobierno de salvación nacional en que le propondrá (como sucede en Alemania) la Vicepresidencia y la mitad de los ministerios de un Gabinete de coalición y pactar con el PSOE la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y las grandes reformas pendientes que requiere España; como dice la alemana: un Gobierno de gran estabilidad capaz de afrontarlas. Sin embargo aquí, a diferencia del SPD alemán, no sólo Sánchez, sino también Susana Díaz rechazan en principio la gran coalición de Gobierno PP-PSOE, no vaya a ser que semejante acto de alta responsabilidad menoscabe sus apoyos electorales cuando por sus últimas trayectorias aventureras e irresponsables (pretendiendo liderar un frentismo absurdo contra el vencedor de los comicios) dichos apoyos ya están por los suelos (los más bajos de toda su historia). Y como al parecer a lo sumo que estaría dispuesto el PSOE es a abrir la vía a una “abstención mínima” al PP, cediendo sólo los diputados necesarios para que el Presidente sea reelegido (¡menos da una piedra!) y evitar unos terceros comicios que, visto lo visto, conduciría a los socialistas al caos sin lugar a dudas, si se confirma finalmente la negativa a la gran coalición, Rajoy estaría dispuesto a negociar un pacto de legislatura de dos años para liquidar lo más urgente. Y, mientras tanto, llama a CC a la espera de que Sánchez se mueva del “no es no” rotundo, en tanto que Ciudadanos incurre en una flagrante contradicción retirando en unas horas una propuesta para apoyar a Rajoy con una moción de confianza a mitad de legislatura. Ya ven, Merkel no tiene ni idea de las dosis de irresponsabilidad de que son capaces nuestros políticos.
            Y eso que nos referimos a los partidos, supuestamente, más sensatos y moderados ya que, si seguimos con el resto, apaga y vámonos. Podemos anda buscando culpable y pregunta a las bases si el fracaso se debe a su alianza con IU o a su origen chavista; la CUP pide a Puigdemont convocar un referéndum ilegal en un año para que los catalanes decidan si se van o se quedan en España, como si se tratara de ir a este colegio o a aquel; y la guinda la pone el PSC, que actúa como un partido casi al margen del PSOE, volviendo al modelo canadiense para Cataluña, es decir, planteando una consulta pactada si fracasa la reforma constitucional. Y, digo yo, ¿no sería más razonable que un gobierno de gran coalición, en que pudiera entrar también Ciudadanos hiciera las pertinentes reformas constitucionales para afrontar todos estos retos que España tiene planteados? Y si a lo anterior no están dispuestos ¿no convendría, al menos, un compromiso programático pactado con apoyo parlamentario suficiente que garantizara a un Gobierno monocolor el éxito de las citadas reformas? Para cualquiera de las dos soluciones, sólo basta que lo antes posible surja un Gobierno en vez de que ahora todos, menos el PP, quieran ser oposición lo que es un absurdo si previamente no se inviste al Presidente del nuevo Gobierno.
            En cuanto a otros asuntos se refiere, mientras Hacienda registra sedes de Google en Madrid buscando indicios de fraude por evasión fiscal, constructoras e inmobiliarias adeudan al Fisco (es decir, a todos nosotros) más de 6.200 millones, en tanto que en la lista de grandes morosos de Hacienda figuran personajes como Dani Alves, Dani Pedrosa o Mario Conde, entre otros muchos de relieve mediático. Y, por cierto, hablando de Madrid, la reina Letizia y Michelle Obama unen fuerzas contra la desigualdad, presentando la norteamericana en la capital un proyecto solidario por la educación de las niñas en todo el mundo y denunciando que “se ensalza al hombre que cambia pañales… y se denigra a la madre que se queda hasta tarde en el trabajo” una mentalidad, sin lugar a dudas, que hay que erradicar en el futuro y para ello nada mejor que una educación en y desde la igualdad de sexos.
            En cuanto al exterior se refiere, mientras muchos argumentos vertidos a favor de la salida del Reino Unido de la UE se han demostrado falsos, la guerra fratricida tras el Brexit entre los “tories” acaba también, tras la anticipada dimisión de Cameron, con la carrera política de Boris Johnson, el ex alcalde de Londres y auténtico artífice de la victoria envenenada del Brexit, que, inesperadamente, se vino abajo en su pretensión de suceder a Cameron al frente de los conservadores ante su amigo y socio inseparable, Michael Gove, que le traiciona y busca ser el sucesor. Ya ven, los errores y las aventuras políticas se pagan muy caras y lo peor no es que las paguen sus autores, que al fin y al cabo se lo merecen, sino que, triste y lamentablemente, lo pagan todos los ciudadanos, incluidos quienes desde el inicio no cayeron en la trampa de apoyarles en sus erróneas propuestas y sus embusteras aventuras. Pero, en fin, ello forma parte de la democracia.
            Y, para finalizar, cabe destacar que Del Bosque dimite y abandona la Selección Española de Fútbol, por lo que Villar busca técnico de consenso.
Jorge Cremades Sena

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