lunes, 14 de agosto de 2017

LA SEGURIDAD EN EL PRAT



                        Es obvio que no todos los trabajos son iguales, por lo que, en caso de huelga de los trabajadores, ésta no puede ser tratada igualmente debido al distinto impacto social que tenga al afectar distintamente a los derechos de los ciudadanos. Dicho de otra forma, garantizando obviamente el derecho de huelga de cualquier trabajador, no es lo mismo si lo ejercen los trabajadores de una fábrica de zapatos, por ejemplo, que si lo ejercen los trabajadores encargados de la seguridad de un aeropuerto. En el primer caso no hay colisión con otros derechos ciudadanos y, salvo que los huelguistas ejerzan la violencia, las autoridades no tienen por qué actuar; en el segundo caso, sí, para garantizar la seguridad y los derechos de otros ciudadanos, ajenos al conflicto laboral. Es lo que está sucediendo con los trabajadores de Eulen, la empresa contratada por Aena para garantizar la seguridad en el aeropuerto de El Prat en Barcelona, donde, fracasadas todas las negociaciones y tras varios días de paros intermitentes temporales, los vigilantes de El Prat van a la huelga indefinida y en pleno puente de mayo (están lógicamente en su derecho de hacerlo), cuando las aglomeraciones en el mismo aumentan el riesgo de inseguridad, por lo que el Gobierno, obligado a garantizar la seguridad ciudadana y el tráfico aéreo con todas las garantías, máxime si estamos en cierto nivel de alerta terrorista yihadista, decide que unos 200 guardias civiles asuman desde hoy los controles de seguridad del aeropuerto de Barcelona, tal como había advertido en el periodo de negociación entre la empresa y sus trabajadores. Lo insólito es que, desde algunos sectores políticos y sindicales, semejante advertencia gubernamental y su posterior decisión se considere como una coacción e intromisión en el derecho de huelga con la intención de amedrentar a los trabajadores. Este Gobierno, como cualquier otro gobierno responsable, hace sencillamente lo que tiene y debe hacer al destinar “los guardias civiles necesarios” para garantizar la seguridad en el aeropuerto, mientras acelera la designación de un árbitro independiente que dicte un laudo para acabar con el conflicto laboral, mientras, por su parte, la Generalitat también ofrece a los Mossos d´Esquadra para reforzar la seguridad. ¿Acaso el Gobierno debía quedarse con los brazos cruzados ante el riesgo de inseguridad manifiesta? ¡No quiero ni pensar qué dirían estos críticos a las decisiones gubernamentales si, como quieren, se quedara el Gobierno de brazos cruzados y se produjera un atentado en El Prat abarrotado de pasajeros! En fin, sin más comentarios y, desde luego, sin más demagogia cuando lo que está en riesgo es la seguridad ciudadana.
            Es obvio que nos espera un “otoño caliente” pues, si de un lado, los sindicatos advierten de paros en más ciudades si no hay acuerdo, y el comité de huelga insinúa que buscará más excusas para continuar las protestas, de otro lado, y al margen del peliagudo asunto del referéndum ilegal independentista, los abertzales preparan movidas contra las Fuerzas de Seguridad y buscan presionar al PNV en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado… y todo ello con la turismofobia como telón de fondo en Cataluña, Baleares y País Vasco. Entretanto el juez reabre la investigación en busca de la “X” del “caso Faisan”, interrogando en secreto a los dos condenados para preguntarles qué alto mando de Rubalcaba ordenó el chivatazo a ETA, mientras el comisario Pamies guarda silencio tras lograr que la policía blinde su pensión. Por su parte la Mesa del Parlament oculta del orden del día la ley del 1-O, tratando así el soberanismo ocultar la aprobación de una norma que Rajoy impugnará antes de ser votada… Y mientras Inés Arrimadas, jefa de la oposición en el Parlament, dice que “no será necesaria la fuerza para impedir el referéndum” el profesor MIguel Satrústegui explica lo obvio manifestando que “los catalanes ya tienen garantizados sus derechos fundamentales y participan sin discriminación alguna en el Estado democrático de Derecho”, teniendo en cuenta que el único referente jurídico de los independentistas, Kosovo, nació de un conflicto bélico y, por tanto nada tiene que ver con Cataluña.
            Y en este inquietante ambiente de discordias e incertidumbres, mientras Ciudadanos y Podemos ya se plantean formar parte de gobiernos, por lo que tanto Rivera como Iglesias modulan su discurso con la vista puesta en las elecciones de 2019, la dirección del PSOE no descarta el pacto con Podemos, aunque líderes territoriales socialistas se resisten a entrar en coaliciones, mientras el PP plantará cara a Ciudadanos sobre la limitación de mandatos a Rajoy y busca evitar que el pacto con Rivera le impida ser candidato tras ocho años en el Gobierno, considerando que la Constitución prohíbe restringir su derecho a presentarse, mientras Casado, que suena como candidato a casi todo en el PP, dice que “si me tiro a la piscina, o tiene agua o tiene bolas” y que “al PP le metería más caballos”.
            En cuanto a otros asuntos se refiere cabe citar que las mafias de la inmigración apuntan a la frontera de Ceuta; que la policía confirma la muerte de Pilar Garrido, la española desaparecida en México, asesinada el día que desapareció, según se desprende de la autopsia a un cadáver hallado estos días; y que Euskadi requisa 20 toneladas de huevo líquido importados de Francia al detectar Sanidad en Vizcaya una partida infectada con fipronil antes de que entrara en la cadena alimentaria.
            Y en el exterior, mientras China media para evitar el choque entre Corea del Norte y EEUU, Trump dice que no descarta la “acción militar” en Venezuela “si es necesaria”, mientras Maduro otorga “poderes plenipotenciarios” a su Asamblea Constituyente paralela, controlada por el chavismo, haciendo caso omiso al llamamiento generalizado de que restablezca la democracia, mientras Latinoamérica rechaza las amenazas de Trump y las distintas cancillerías consideran que la opción militar no es la solución. Entretanto la violencia de grupos racistas causa varios muertos en Virginia, al convertirse una marcha racista en una verdadera batalla campal y la tolerancia de Trump con dicha violencia racista indigna a EEUU con duras críticas hacia el Presidente por no condenar el racismo en Charlottesville y, como hace Podemos en España ante la violencia chavista, limitarse a una condena genérica de la violencia sin más.
            En cuanto a los deportes se refiere cabe citar que el Real Madrid deja casi sentenciada la Supercopa de España al derrotar al Barça en el Nou Camp, 1-3, en el partido de ida, con goles de Piqué en propia puerta, Cristiano (expulsado por caerse en el área por un contacto con la defensa que consideró el árbitro un piscinazo) y Asensio, cuando ya los madridistas jugaban con 10, (el de los blaugrana fue de Messi, gracias a un penalti inexistente ya que Suárez se tiró a la piscina sin que ni siquiera hubiera contacto físico con el portero Navas); a la espera del partido de vuelta en el Bernabeu, lo cierto es que, de momento, ni las polémicas decisiones arbitrales (al árbitro le vino muy grande su estreno en este tipo de partidos) claramente caseras, ni jugando el Madrid con 10 en los últimos minutos, los blancos (vestidos de morado) arrollaron a los blaugranas, que se estrenaban sin Neymar en un partido de competición, y fueron claramente merecedores de la victoria.
                                                Jorge Cremades Sena

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